viernes, 4 de enero de 2013

Cultura clásica y clase dominante

Todo el saber humano al servicio del Estado y del gobierno

Empezaremos el año intentando comprender un poco el último movimiento en la ya larga batalla por las humanidades en la Cultura y específicamente en la Escuela española. Efectivamente, el latín, el griego y la filosofía parecen definitivamente condenados en el último borrador de la nueva Ley de Educación. El actual grupo gobernante, independientemente de cuáles puedan ser sus motivaciones reales, ha puesto en marcha un proceso cuyo resultado previsible vislumbramos: no es el fin de las letras clásicas, ni siquiera el fin de las letras clásicas en la escuela. Se trata, porqué no decirlo así: de la expropiación de las letras clásicas a la clase obrera. Porque haberlas seguirá habiéndolas, pero para el que las pueda pagar, y bien caras. 


La tendencia de las humanidades en la Inglaterra reciente. 

Hace como un par de años se suscitó un debate en Inglaterra acerca del devenir de la enseñanza de las humanidades. Cada vez más arrinconadas en el Currículum estatal de la enseñanza pública. Algunas universidades cerrando departamentos de filosofía y clásicas no rentables. ¿Qué quedaría de las humanidades? Los poderosos y elitistas centros de toda la vida: Oxford, Cambridge y similares. ¿Quién iba a poder permitirse estudiarlas? Los vástagos de la clase político-financiera; los que no necesitan hacer de su título un pasaporte para el mundo laboral, los que siempre tendrán su silloncito en el banco de inversión o en el junior executive board de tal o cual empresa. Ya se sabe que para entrar en estas universidades es necesario algo más que dinero (el precio de las matrículas es idéntico al resto de los centros públicos), hace falta una especie de plus, un nosequé que no tiene cualquiera.

Otra paradoja: mientras la escuela pública se deshace de las letras clásicas, si quieres que tus hijos estudien latín y griego no tendrás más remedio que optar por un centro privado, último bastión de las humanidades. Por lo tanto, ¿dónde estamos? Pues estamos más o menos como empezamos en el siglo XV: las humanidades, un asunto privado de la clase dominante.

Efectivamente, los humanistas eran hombres de Estado. Hijos de las clases privilegiadas, estudiaron en colegios religiosos las letras latinas y griegas para ingresar en su adultez el cuerpo de los altos servidores del Estado. Los humanistas son los primeros hombres de letras que merecen ser inmortalizados por los grandes artistas de su tiempo, pero no entanto que hombres de letras, sino en tanto hombres de Estado. En su calidad de ministros, secretarios, embajadores, gobernadores, cancilleres, tesoreros, clérigos, abogados, etc. Hoy día los recordamos por sus obras literarias, por sus ideas, pero los humanistas no se ganaron la vida vendiendo libros o dando conferencias, ni siquiera dando clases en la mayoría de los casos. Ahí estan Marsilio Ficcino, Lorenzo Valla, Angelo Poliziano, Picco della Mirandola, Maquiavelo, Tomás Moro, Francis Bacon...  El saber que atesoraban era valioso y necesario para el gobierno del Estado, por eso recibián invitaciones de las más poderosas cancillerías europeas.

Pero hay un reverso del asunto. Lo mismo que siempre estuvieron cerca del poder los humanistas, también estuvieron siempre en el límite de ser perseguidos por sus ideas, siempre apunto de caer en la herejía. Y es que la gran paradoja del saber humanista es que es un conocimineto valioso para el gobierno de los hombres, pero también es un saber liberador. Un saber del que el poder puede llegar a recelar. En este sentido es perfectamente coherente que los que mandan quieran, no exactamente eliminar las humanidades, sino controlarlas, reservarlas ...

En la escuela española, no estando de acuerdo con un currículum nacional, no estando seguro del papel de la filosofía en la enseñanza pública, creo firmemente en la necesidad de las letras clásicas. Creo que son el mejor seguro para una ciudadanía abierta, verdaderamente crítica, libre. En todo caso más que cualquier "Educación para la ciudadanía" de manual. 

Si lo que queremos es entender la educación como un proceso preparatorio para el mundo de los negocios, ya que el mundo de los negocios es poliédrico, es coherente esta reforma que insiste en la educacion de las habilidades profesionales y artesaneles para la clase obrera y pequeño burguesa y deja las valiosas humanidades en manos de la tradicional clase dominante.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Comparto lo que reflexionas aquí, pero yo sí estoy segura de la valía de la filosofía en la educación pública, eso sí, no con los contenidos con que actualmente se imparte, fosilizados y aburridos. Y tampoco estoy de acuerdo en que la filosofía sea una disciplina humanística, esa es una catalogación también muy española.

Yas-hir.