viernes, 30 de mayo de 2008

Carne, Casa, Cosmos

"Un extraño Carnismo propicia esta última peripecia de la fenomenología y la sume en el misterio de la encarnación: es una noción pía y sensual a la vez, una mezcla de sensualidad y de religión, sin la que, tal vez, la carne no se sostendría por sí misma (iría bajando por los huesos, como en las figuras de Bacon)."
"Pero lo que constituye la sensación es el devenir animal, vegetal, etc., que asciende por debajo de las superficies de encarnado, en el desnudo más grácil, más delicado, como la presencia del animal despellejado, de una fruta mondada, Venus del espejo; o que surge en la fusión, la cocción, el flujo de tonos rotos, como la zona de indiscernibilidad entre la bestia y el hombre. Tal vez formaría una nebulosa o un caos, sino existiera un segundo elemento para hacer que la carne se sostenga. La carne no es más que el termómetro de un devenir. La carne es demasiado tierna. El segundo elemento es menos el hueso o la osamenta que la casa, la estructura. El cuerpo prospera en la casa (o un equivalente, un manantial, un bosquecillo)."

"Ahora bien, lo que define a la casa son 'sus lienzos' de pared, es decir los planos de orientaciones diversas que confieren a la carne su armazón: plano delantero y plano trasero, lienzos de pared horizontales, verticales, izquierdo, derecho, derechos o inclinados, rectilíneos o curvados..."

"Estos lienzos son paredes, pero también son suelos, puertas, ventanas, puertas vidrieras, espejos, que dan a la sensación precisamente el poder de sostenerse por sí misma dentro de unos 'marcos' autónomos. Son las facetas del bloque de sensación. Hay sin duda dos signos que ponen de manifiesto la genialidad de los grandes pintores, así como su humildad: el respeto, casi terrorífico, con que se acercan al color y penetran en él; el esmero con que llevan a cabo la unión entre los lienzos de pared o los planos, de la que depende el tipo de profundidad. Sin este respeto y este esmero, la pintura no vale nada, sin trabajo, sin pensamiento. Lo difícil no es unir las manos, sino los planos. Hacer que sobresalgan unos planos que se unen, o por el contrario hundirlos, cortarlos. Ambos problemas, la arquitectura de los planos y el régimen del color, suelen confundirse a menudo. [...] La casa forma parte de todo un devenir. Es vida, 'vida no orgánica de las cosas'. Bajo todas las modalidades posibles, la unión de los planos con sus miles de orientaciones es lo que define la casa-sensación. La propia casa (o su equivalente) es la unión finita de los planos coloreados."

"El tercer elemento es el universo, el cosmos. Y no sólo la casa abierta comunica con el paisaje, a través de una ventana o un espejo, sino que la casa más cerrada también se abre sobre un universo."
"Pero el universo se presenta en el límite como el color liso, el gran plano único, el vacío coloreado, el infinito monócromo. [...] La carne, o mejor dicho la figura, ya no es el morador del lugar, de la casa, sino el morador de un universo que soporta la casa (devenir). Es como un paso de lo finito a lo infinito, pero también del territorio a la desterritorialización."

Palabras: Gilles Deleuze y Félix Guattari, ¿Qué es filosofía?

Imágenes: Robert Campin, Maestro de Flèmalle (c. 1378-1445)

jueves, 15 de mayo de 2008

Misterio y verdad


"... disfrazarse de sacerdote, mago, adivino, de hombre religioso en todo caso, para ser siquiera posible en cierta medida: el ideal ascético le ha servido durante mucho tiempo al filósofo como forma de presentación, como presupuesto de su existencia..."

domingo, 4 de mayo de 2008

Pancho & Lefty, de Townes Van Zandt

Townes Van Zandt compuso "Pancho & Lefty" en 1972. La canción se publicó en el disco The great late Townes Van Zant, aparecido ese mismo año, y se convirtió inmediatamente en un clásico mayor de su repertorio. Narra el remordimiento de Lefty, un forajido que traiciona a su compañero de correrías, un mexicano de nombre Pancho que muere a manos de los Federales a causa de la delación de su compinche en los desiertos al sur del Rio Grande. En los años de su vejez Lefty recuerda al viejo amigo, a estas alturas convertido en leyenda, cuya historia es cantada por los poetas (poetas como el propio Van Zandt, el trovador de Texas), mientras su propia vida transcurre anónima y anodina en hoteles de mala muerte en la fría Ohio. De vez en cuando el aroma cálido del desierto mexicano le llega como un recuerdo incómodo y a la vez nostálgico. Desde la muerte de Pancho ha perdido facultades para cantar blues.

La versión original incorporaba un grupo de metales que la dotaba de la necesaria atmósfera fronteriza. Aquí se puede ver la versión acústica que Townes interpretó para Uncle Seymour en el film Heartworn Highways.

Vivir en la carretera, amigo,
te mantuvo libre y limpio.
Ahora tu piel se ha tornado de hierro
y tu aliento es más duro que el queroseno.
No fuiste el único hijo de tu madre,
pero sí el favorito, según parece.
Ella rompió a llorar cuando dijiste adiós
para abandonarte a tus sueños.

Pancho era el jefe de una banda.
Su caballo era más rápido que el acero pulido.
Llevaba su pistola por fuera de los pantalones.
Para que la gente de bien lo sepa,
Pancho encontro su destino, ya lo sabes,
allá abajo, en los desiertos de México.
Nadie escuchó sus últimas palabras.
Así es como fue.

Los federales decían
que lo cogerían cualquier día
y lo dejaban merodear
sin apreciarle demasiado, supongo.

Lefty ya no puede cantar blues
durante toda la noche como solía hacer.
El polvo que mordió Pancho allá abajo
terminó en la boca de Lefty.
El día que derribaron al pobre Pancho,
Lefty partió para Ohio
donde tenía su hogar,
sin que nadie lo supiera.

Los federales decían
que lo cogerían cualquier día,
tan sólo esperaban un tropiezo suyo,
sin apreciarle demasiado, supongo.

Los poetas narran la caída de Pancho,
Lefty vive en un hotel barato.
El desierto está en calma y Cleveland es fría,
así termina la historia que hemos contado.
Es cierto que Pancho necesita de vuestras oraciones,
pero guardad alguna para Lefty también.
Él hizo lo que tenía que hacer
y ahora se está haciendo viejo.

Algunos federales de uniforme gris decían
que lo cogerían cualquier día.
Tan sólo estaban esperando que cometiera un error,
sin apreciarle demasiado, supongo.

La canción ha tenido versiones célebres, como la de Emmylou Harris o la de Willie Nelson y Merle Haggard, número uno del Billboard country en 1983. Aquí arriba una versión en directo del propio Nelson junto a Bob Dylan.