martes, 30 de enero de 2007

Escritura trashumante, 1

Suelas de viento. Nómadas, pastores y poetas

La idea de que la poesía es una invención de pastores es un mito antiquísimo pero tiene una base real, según se encargó de mostrar Bruce Chatwin. La poesía sería una necesidad de las comunidades nómadas; el trashumante necesita un mapa mental del territorio que recorre. Dicho mapa se fija en la memoria mediante pasos verbales que se corresponden con los pasos reales con los que se anda el camino: la métrica del lenguaje sirve para atrapar la medida del espacio. El camino que se hace a pie queda representado en los pies del verso. Así pues, la literatura ha venido siendo desde el comienzo un mapa del territorio.

En The songlines se cuenta la historia de papel jugado por las líneas de la canción en las antiguas culturas australianas. "...al desplazarse por el país, cada antepasado totémico había esparcido una huella de palabras y notas musicales a lo largo de la sucesión de sus pisadas... estos rastros de Ensueño estaban impresos sobre la tierra como "medios de comunicación" entre las tribus más distantes... Una canción era al mismo tiempo un mapa y un medio de orientación. Si conocías la canción, siempre podías necontrar tu itinerario a través del país."

"Los nuestros afirman que reconocen una canción por su 'sabor' o su 'olor'... y a lo que se refieren, por supuesto, es a la 'cadencia'. La cadencia sigue siendo siempre la misma, desde los primeros acordes hasta el final."

"La 'parada' era el 'punto de transferencia' donde la canción dejaba de pertenecere, donde ya no tenías la responsabilidad de vigilarla ni la facultad de prestarla. Cantabas hasta el final de tus versos, y allí estaba la frontera."

"Se suponía que la canción descansaba sobre el terreno formando una cadena ininterrumpida de dísticos: un dístico por cada par de pisadas del antepasado, y formado, cada uno, por los nombres que él 'sembraba' al caminar."

lunes, 15 de enero de 2007

Entrevista con Alicia al Otro Lado: "ojalá consiga averiguar algún día lo que realmente soy"


Alicia pregunta: ¿Es a mi? Y ya debería saber la respuesta: ¡Claro que es a ti! A ti y a nadie más que a ti.
Al mirarla a los ojos una se pregunta si podría descansar entre sus brazos y quedarse así para siempre, dejando que susurre cuentos al oído, pidiéndoselo como si se pidiera a un médico infalible el remedio a una enfermedad. Cuentos que parecen fantásticos, que pueden hacer llorar pero siempre obligan a sonreír. Vas con ella y parece que caminas por un pasadizo que acaba en un gran patio fresco, donde sentarse a descansar o ponerse en cuclillas, olvidando cuchillas y manifiestos absurdos. Alicia te recorre con la puntita de los dedos, con afán vitalista, como si tecleara infinitas letras que habrán de salvarnos de la mediocridad, de la punta del iceberg, llevándonos a bucear con ella. Y tiene esa manía de dejarnos con la miel en la boca. Un capítulo ahora, otro dentro de un par de días. Y nos quedamos así, boquiabiertos, pensando en qué pasará, queriendo acercarnos más, queriendo leerle también las palmas de las manos.


safrika


1. ¿Qué crees que ha supuesto el fenómeno del blog para la gente que escribe? Ahora el reto parece que no es publicar, sino que te lean. ¿Acaso no ha sido así siempre?


El otro día comentaba con un amigo que hay dos tipos de "escribientes": los que escriben como pose y los que escriben porque no tienen más remedio. Los blogs creo que están ahí para los dos casos, pero tirando más hacia el segundo; yo en realidad comencé el mío para perder el miedo escénico. Pero no tenía ni idea de que me leerían. De hecho, cuando lo inauguré escribí un correo a todos mis amigos con la dirección y todos pasaron olímpicamente.

Pero seguí, y descubrí una curiosa red de gente que se lee unos a otros. Si esto fuera una entrevista en la 2, seguramente diría "bueno, es un nuevo código social que se basa en la necesidad ontológica de comunicarse..." pero como no soy ni el Punset ni el Dragó ni me va la intelectualidad rebuscada, pues te digo lo que pienso: hay mucha gente por ahí con ganas de contar sus cosas. ¿Las motivaciones? Muchas. Inquietud, soledad, autopromoción, o simplemente ligar. Más de un caso conozco, ejem.

2. ¿Cuándo descubriste que te gustaba escribir?

Cuando era pequeñita, entre los cinco y los siete años, me criaba mi abuela. Mis padres pasaban casi todo el día fuera y la abuela estaba siempre en casa, y estaba sorda perdida. Así que como no me hacía caso, y encima soy hija única, pues me dedicaba a leerme todos los libros de la biblioteca de mis padres. Y como tampoco los entendía muy bien (sobre todo a Sade y a Sartre), y los libros infantiles me aburrían un poquito, pues me dedicaba a escribirme mis propios libros. Autosuficiencia, supongo.

3. ¿Cambió tu forma de leer cuando te pusiste a escribir? ¿Qúe buscas como escritora en la lectura, materiales, aprendizaje?

Ay, qué pregunta. Supongo que sí cambió. Cada vez que "descubría" a un autor me encontraba a mí misma emulándolo inconscientemente, como si fuera un ejercicio. Y, claro, cada vez que intentaba investigar más recursos para escribir buscaba nuevos autores. En la lectura busco perderme, aislarme, incomunicarme para luego salir a "la calle" de mi cabeza con algo nuevo. ¿No se trata de eso? Un buen libro es como una habitación por descubrir, donde puedes incluso dejar tus cosas un rato hasta que llega el momento de salir.

A veces vuelves a por ellas, y siempre - si el libro es bueno - te llevas un recuerdo. A veces es tan poderoso que es incluso más relevante que los recuerdos de tu propia vida.

4. Un autor que te haya marcado literariamente.

Hay muchos. Decir uno sólo sería injusto. ¿Puedo decir tres? Y aún así tendría que pedir perdón a todos los demás. Bueno, veamos... Octavio Paz, JD Salinger y Proust. Y si me dieras otra oportunidad mencionaría a John Fante, a Truman Capote y a Thomas Mann. Y a Dylan Thomas. Y a Bukowski. Y a Lobo Antúnes. Y a Borges. Y a Philip K. Dick. Y a Byron. Y a Kavafis. Soy literariamente promiscua. Todos me marcan. Y encima no tengo ni idea de matemáticas... ¿Cuántos he dicho, 897?

5. ¿Qué opinas de los géneros? De sus límites, sobre todo...

Ay, esa manía de etiquetarlo todo... Creo que los límites se marcan siempre que uno se empeñe en etiquetarse. Decía Oscar Wilde que es muy difícil no ser injusto con aquello que amamos, y yo que adoro la literatura surrealista, a los romanticistas y a los beats me encuentro continuamente autocriticándome por querer "ser" un género. Ojalá no lo sea nunca. O mejor dicho, ojalá consiga averiguar algún día lo que realmente soy.


6. Esto más que una pregunta es una confesión propia, la poesia siempre me dio la sensación ser algo arcano, difícil de aprehender. Tú que además de la narrativa tambien haces incursiones en la poesia, qué puedes decirme sobre ese impulso que nos lleva a escribir en verso...

¡Pero si se me da fatal la poesía! Fíjate si se me da mal que te voy a largar un cliché absurdo para describirla: Creo que es lo más parecido a pintar un cuadro con el lenguaje, sólo que también añades una banda sonora: cadencia, ritmo, medición... para mí es algo terriblemente complicado, y por eso la aprecio muchísimo ya que entiendo que los poemas más sencillos y limpios no son ni mucho menos los más fáciles: han costado horas de indecisión, miedo, análisis... los poetas que conozco sufren infinitamente más que yo con mi prosa. Leo algo de Dylan Thomas, de Biedma, de Keats, de Coleridge, de Panero... y aunque sean todos tan diametralmente distintos
siempre me digo: "esto ha dolido".

7. Háblame de tu forma de narrar...de qué se nutre y qué pretende conjurar o reinventar (si es que lo pretende).

No se lo digas a nadie, pero casi siempre hablo de mí. O de mí en el cuerpo de otros. O de otros que podían haber sido yo. Supongo que es un ejercicio de auto-psicoanálisis. Pero cuando no lo hago, intento mostrarlo desde mi punto de vista. La verdad es que soy caótica para eso también; no tengo método. Me siento, abro la caja de mis pensamientos y empiezo a sacar cosas como si fuera un estuche de costura. Y luego voy mirando a ver qué va con qué, qué telas puedo coser, qué puedo remendar, qué combinaciones hay. Y al rato, voilá, tengo una prenda nueva que ponerme.

8. Me gustaría destacar dos rasgos de tu escritura: la tensión dramática y el humor. Incluso contando historias trágicas, hay algo en tu modo de hacer que nos provoca una intensa fruición como lectores. Personalmente hacía mucho tiempo que no me "divertía" tanto leyendo...

Mi padre siempre decía "en esta vida lo único que nos salva de morirnos de asco es el sentido del humor". Siempre estaba haciendo chistes de todo. Recuerdo que un día, cuando apenas le quedaba una semana de vida, me senté a su lado en la cama a leerle un poco. Yo siempre pensé que le gustaba Miguel Delibes... se dio media vuelta, a duras penas porque estaba prácticamente paralizado del cuello para abajo, y empezó a balbucear. Me acerqué a él y le pregunté qué quería decir, esperando alguna revelación trascendente que atesorar el resto de mis días. Se lo hice repetir como cinco o seis veces (estoy muy sorda). Al final, me enteré: "Como sigas dándome el coñazo y no me dejes dormir tiro del cable del suero, coño. Que aquí no puede uno
morirse en paz. Y ponte un audífono." Me partí el culo. Creo que mi sentido tragicómico de la vida se agudizó incluso más entonces. Sí, la vida duele. Se sufre, y mucho. A veces duele tanto que nos deja aturdidos y tirados en la cuneta como un perro atropellado. Pero ¿no es realmente graciosa, al fin y al cabo?

9. ¿Qué es lo que más te gusta de lo que tienes publicado y por qué?

El relato póstumo en honor a mi tía Manoli, "De sangre, santos y almidón". No sabría decirte por qué. Me abalancé sobre él cuando se murió porque me salió de muy dentro, y me salió una especie de fábula surrealista y costumbrista. Y me quedé mirándolo y me dije "pero si es la realidad, esto fue así". Eso es lo que más me sorprendió. Y, sobre todo, haber hecho un humilde intento de crearle un pequeño altar.

10. ¿Cuál crees que es tu mayor virtud como escritora y tu mayor defecto?

¿Virtud? supongo que la capacidad de reaprender y descubrir realidades. Y defectos, infinitos. El mayor, mi falta de método.

11. ¿Querrías hablar de algunos lugares de la blogosfera donde podamos parar
y mirar con provecho?


Mis recomendaciones las podéis encontrar en mi lista de enlaces. Ahí están todos y seguramente falta alguno. Sin embargo, no puedo dejar de hacer hincapié en que probar.blogspot.com es lo mejor que se ha hecho en muchos años. Seguramente el más grande blog de todos los tiempos. Y como puedo y quiero, voy a promocionar a un amigo que de momento sólo tiene dos comentaristas y se merece millones: doctorpdante.blogspot.com - y también el maravilloso vísceroblog de safrika.blogspot.com ¿Puedo saludar? ¡Hola, mamá!

jueves, 11 de enero de 2007

He publicado un texto sobre Foucault y Agamben en la web de mesetas. Se trata de exponer el modelo de la "excepción" como categoría de análisis político. Los interesados os podeis bajar el doc. para leerlo tranquilamente.

También ha sido enlazado a los artículos sobre Foucault y Agamben de la Wikipedia. Por ello quiero dar las gracias desde aquí a Iván.

Podeis leer, en francés, un artículo sobre el mismo tema de Katia Genel aquí.

Todos los interesados en el llamado "pensamiento francés contemporáneo" deberías unios al proyecto mesetas.

jueves, 4 de enero de 2007

...como el negro escuchando a Van Zant...

Heartworn highways, documental de 1976 que relata el resurgimiento del country en Nashville y Austin por parte de los llamados "outlaws": Townes Van Zandt, Guy Clark, Rodney Crowell, Charlie Daniels, Gamble Rogers, David Allan Coe, Steve Earl y Steve Young.

En el fragmento, Uncle Seymour rompe a llorar mientras Van Zant interpreta para él una canción en la que habla de la vida del anciano, Waiting 'round to die.