lunes, 18 de diciembre de 2006

Entrevista a Safrika: "Confesar es como hacer un viaje a un país exótico"

Safrika no usa rimas en sus poemas, ni falta que le hace. Safrika por sí sola ya rima con todo lo que merece la pena rimar: su llamarada de cabello rojo-amarillo rima con páprika; su calidez desbordante con África; la cadencia dulce de su voz con música; y la sinuosidad de sus formas con lúbrica. Es un poema vivo, la Safrika: sufre por su arte, no lo duden. Se descompone y autodestruye hasta el punto de mostrarnos los trocitos aún palpitantes de un puzzle que casi no hace falta recomponer: es el reflejo de su burbuja, y una vez dentro, todo tiene sentido, incluso que el dolor se cruce con la felicidad para componer un guirlache fantástico y multisensorial. Pues esta es Safrika, mi chica del diente partido, mi amiga.

Alicia al Otro Lado


¿Por qué escribes?


Por necesidad y por vicio. En este orden, aunque normalmente sería al revés. Primero el vicio, luego la necesidad.

¿Y por qué esa necesidad? Eso ya no lo sé. Es la única manera que conozco de visualizar y lanzar al exterior una parte de mi que se me antoja interesante... me parece propia y ajena a al vez. Pienso: joder, ¿y esa soy yo también? Como un yo y un “lo que quisiera ser” o “ lo que sería”, pero al fin y al cabo todo está dentro de mi. Al mismo tiempo es como poner en imágenes lo que sientes. Eso hace más fácil el análisis, aunque este no sea racional. Pero es como descuartizar una vaca. Haces los filetitos y luego todo es más presentable, más digerible. Porque en defitiva todo eso está dentro de uno y sí que en cierto modo al escribirlo se ordena. Y además ayudas a los demás a saber a qué atenerse. Aunque a quién no te quiere esto le da exactamente igual.

Y me siento rarísima contestándote a eso porque en realidad no sé por qué escribo.


¿Hay algún autor que haya supuesto un antes y un después en tu manera de entender la escritura?

Sí, y es curioso (me encanta esa frasecita para empezar con una respuesta). Fue hace mucho tiempo. Unos amigos de mis padres aficionados la poesía me trajeron un libro de Hiperión, se llamaba Cielos e Inviernos de un tipo que se llama Ramón Irigoyen. No sé por qué pero ahí descubrí que había otra poesía distinta a la que yo conocía. Era una niña, tendría 13 o 14 años. Entonces empecé a sentir que en realidad nada tenía que ser tan formal, que era libre de escribir lo que quisiera. Aunque no fuera nada subversivo o escandaloso, y mucho menos bueno, tal vez sí que lo fuera para alguien de 13 años, ahora que lo pienso.

Y luego. Muy importante, ya más mayor y superada la etapa adolescente de poesía existencial infumable al estilo Jim Morrison: Charles Bukowski, claro. Como no. Es que lo tenía que nombrar. Hay otros. Pero supongo que el fue el primero. Una influencia, otro tipo de libertad sucia a la hora de escribir y a la vez una gran ternura o deseo, descubrir que ciertas palabras llamadas malsonantes pueden ser absolutamente poéticas.

Y luego ya Anne Sexton. Es que hay uno que aparece y de pronto algo cambia en tu manera de entenderlo todo, no sólo la escritura. Depende del momento. Cada ciclo tiene su propio nivel de exploración. A veces necesitamos guías, otras no. Y en realidad me gusta muy poco hablar de influencias, porque no se trata de eso, es más bien un aprendizaje, un descubrimiento a partir del cual tú dejas ir la parte de ti que este descubrimiento remueve.

Te divides entre la prosa y el verso, ¿los tratas de la misma forma?

No. El verso me desahoga más. Quiero decir que... que soy capaz de expresar mucho más de mi en un poema que en un texto o un cuento. Esto lo digo porque siempre hablo de mi.

Pero en los cuentos tambien hablas de ti

Claro, eso digo, que siempre hablo de mi. Pero es distinto, en los cuentos me convierto en un personaje, y a las personas que me rodean las convierto también en personajes, las mezclo para crear alguien nuevo. Siempre es así, dicen los escritores consagrados.. bueno.. y en los poemas soy puramente yo. ¿Tú crees que a la gente le gusta que los artistas hablen de si mismos en su obra y luego también en las entrevistas? ¿no te parece un coñazo? La palabra coñazo es sexista pero a mi me encanta, creo que por la ñ.

Me refiero a que tanto tus cuentos como tu poesia son una especie de memoria

En los cuentos se habla más de hechos, se describen cosas, hay otros personajes de los que puedes escribir sus sentimientos, emociones, pensamientos.. y en la poesía sólo estoy yo, no puedo poner en mente de otro más que lo que yo CREO que tiene, y siempre en relación conmigo. Hablo de lo que se siente a raiz de los hechos, de lo que se ve desde la óptica del sufriente. Todo forma parte de lo mismo, se complementan.

Te has referido alguna vez a tu poesía como confesional, ¿es esa tu idea de la escritura? ¿una especie de reconstrucción autobiográfica?

Sí, pero es porque como ya te he dicho antes, escribo por necesidad. No sé si sabría explicarlo. Me cuesta mucho sentarme "a escribir". No tengo esa constancia del escritor, yo lo hago por impulso, una especie de click, muy rápido. Lo escribo, y ya. Fin. Tal vez es el típico royo del artista egocéntrico o no sé. Quiere expresarse a través de algo, y además directamente, que todo el mundo sepa que está hablando de si mismo. Es una manera de curarse. Anne Sexton empezó a escribir como terapia. Su psiquiatra se lo aconsejó. Aunque de todos modos acabó por suicidarse. Es mi idea de la escritura porque es la manera en que yo lo hago, aunque envidio mucho esa constancia, esa especie de "creerse" uno que es un "escritor" y hacérselo profesionalmente.

Tambien me refería a la idea esa del escritor que inventa un mundo de ficcion con todos sus detalles y una trama conplicada contrapuesta al escritor más bien memorialista que se nutre de su propio dia dia como una forma de poner orden en el conjunto caótico que supone una vida, enontrar un sentido, un hilo conductor a la propia existencia

Sí, se contraponen pero no creo que el escritor confesional ponga ningún orden o de un hilo conductor a su propia vida. Sencillamente se hace y ya está, la vida no es un guión o una novela. Es mucho más compleja, no necesita de un hilo conductor para sostenerse. No creo que la poesía confesional pretenda ser una reconstrucción. Es más bien una declaración, un desahogo, lo que pretende es desembarazarse de algo, darlo a conocer a los demás para descargarlo.

Es raro. Nunca había contestado a esta clase de preguntas. ¿Lo estaré haciendo bien?
¿Tengo que ser más intelectual? (risas)

Hay un poeta que te gusta mucho, que es José Ángel Valente; sin embargo, me da la sensación de que es un autor muy alejado de tu manera de escribir...

Sí, también me gusta mucho Lorca, o Paul Eluard, y no se parecen en nada a mi manera de escribir, pero aprecio su singularidad, su forma, su estilo. Yo puedo acercarme a Valente en cuanto éste habla de sentimientos, de odio, de miedo, del sentido de la vida, la soledad o la propia escritura. Creo que tiene ese punto de genialidad, de algo nuevo, puro. Con un punto de realismo. Hace de la realidad poesía. Eso me gusta.

Háblame de Poetas o escritores actuales que te parezcan interesantes...

Me gusta mucho Carilda Oliver. Me parece que tiene mucha fuerza. Me identifico mucho con ella, con algunos de sus poemas. Alguno llega a herirme.. Ángel Gonzalez…que siempre parte de si mismo y habla de la existencia, de la pequeñez de las cosas que conforman el existir, algo tan grande al menos en apariencia. Algo que lo es todo en realidad, pero que termina por ser nada… Bret Easton Ellis, un genio. Chuck Palaniuhk, Murakami, interesante, más ahora que al principio. Santiago Roncagliolo, del que he leído el libro Pudor y he seguido en su blog, Sergi Puertas, Patxi Irurzun, David Gonzalez, Beigbeder (otro genio), Hanif Kureishi (este último me chifla y tengo muchas ganas de leer cosas suyas)… Luis Chaves, Fabían Casas, Billy Collins, Sharon Ods.. poetas, novelistas.. Hay mucho de bueno. Me gusta también como escribe Almudena Grandes, aunque hace unos años me gustaba más.


¿No te parece que la poesía canónica, la que se enseña en las instituciones de enseñanza está tremendamente alejada de la sensibilidad actual?

Sí. Creo que hay que darle una oportunidad a la poesía de ahora. Empezar desde el hoy y seguir hacia atrás, darle otro sentido a la evolución de la poesía, concretar un nombre para lo que está sucediendo y darlo a conocer. Acercar la poesía como modo de expresión, como útero donde crecer y revitalizar el mundo. Hay que mirar al pasado para comprender el presente pero en poesía creo que se puede hacer al revés, que se debería traer a las aulas lo que está pasando hoy con mucha más fuerza, hincapié e interés en demostrar que no todo sucedió ayer. Que está sucediendo ahora, y que tiene mucho poder, es un arma, un sentido. Darlo también como herramienta, como forma de liberación, demostrar que se puede vislumbrar otra realidad, que podemos expresarnos de otra manera, mucho más nuestra. Más sentida, potente, más fundamental, más salvaje. Existe un movimiento, está ahí. Latiendo. ¿Por qué no nos paramos a escuchar ese latido hasta terminar participando de él, latiendo con él? Ser nosotros el latido.


La consagrada por el Mundo Literario con mayúsculas

Una que no se lo merece, como suele pasar.