lunes, 27 de febrero de 2012

El especial sobre Nicholas Ray de Shangrila


El último número de la revista Shangrila dedica un especial al más díscolo de los grandes del cine. Estas casi 400 páginas de ensayos, entrevistas y hermosas imagenes, suponen un verdadero acontecimiento acerca de uno de los grandes pensadores del cine americano. Víctor Erice, Miguel Marías, Jos Oliver, Susan Ray y hasta una treintena de nombres, destilan su experiencia sobre el cine del autor de The Lusty men. Como ya ocurriera con Alexander Klüge o Dostoievski en números anteriores, Nicholas Ray se une a esa tan necesaria línea del frente que Shangrila viene construyendo desde hace tiempo. En la página de Shangrila ediciones se pueden leer fragmentos de todos los artículos y también comprar la revista.


lunes, 13 de febrero de 2012

Esquilo, o del volcán

«De una conciencia así emana el tono mayor de la obra, su amplitud de dimensiones, su potencia sísmica. El enorme peso soportado por esa conciencia, junto con la sublimidad, transmiten a la obra del escritor toda su pesadumbre y su carga dramática. Otros escritores para los que resulta ajena esa carga, en su impulso por justificar, por glorificar incluso la elusión del compromiso, se afanan en demostrar que es más valioso, más hermoso e incluso más moral dar testimonio de la descomposición de una mariposa que de un imperio. En los engranajes de este último pueden estar mortalmente atrapados los destinos de decenas de millones de personas, sin embargo ellos se muestran dispuestos a cerrar los ojos ante ese hecho e insistir en el drama de la mariposa.»

Ismaíl Kadaré, Esquilo, el gran perdedor, Siruela, Madrid, 2006, p. 56

martes, 7 de febrero de 2012

Menandro, o de la literatura


Menandro, el triunfador de la Comedia Nueva, comedia de costumbres, comedia burguesa; comedia de asuntos privados: amoríos sobre todo. Equivalente helenístico de lo que en los años noventa del pasado siglo Gilles Deleuze llamó la novela del periodista. Todavía, aunque lo consideramos un autor mucho menor comparado con Aristófanes, lo consideramos un clásico: nos sorprende descubrir ciertas cosas que no nos son ajenas al cabo de más de dos milenios. Alguien se sorprende al llegar a saber que "sentían como nosotros". Como decimos, sin embargo, el canon consagra a Aristófanes como un autor mucho más genial, nosotros también. Aristófanes el obsceno, el crítico, el desafiante, el popular, el épico, el político, el admirador y crítico mordaz de Eurípides a un tiempo, el comensal de El Banquete ... La diferencia entre estos dos autores es de sustancia; la audacia de uno y las medianías del otro. Nada que no esté en sus textos es necesario recoger para juzgarlos. No obstante, el sentido de la palabra literatura cambia de frecuencia según lo apliquemos a uno o otro y la intensidad de esa frecuencia oscila en función del peligro: entre el peligro crítico y bélico aristofánicos y el aburrimiento imperial de Menandro.

En el primer caso tenemos a una literatura oprimida por la historia, una historia urgente que, cual coloso, amenaza con aplastar a la polis en segundos. Del otro lado, una disidencia íntima, una lucha personal, un exilio interior (retirado en el Pireo junto a la hetaira); una rebeldía, en fin, que se refiere a "valores universales". Ya no se trata de esta guerra o esta paz, si no de la Guerra y la Paz.

Comparación necesaria para un aprendizaje temprano de la literatura.