miércoles, 11 de abril de 2012

Resistencia y terrorismo

Anuncian los periódicos una reforma del Código Penal que pretende dar tratamiento de terrorismo a lo que hasta hoy ha sido la protesta pura y simple. Si esto es cierto, estaríamos ante la culminación de un proceso comenzado algo después del 11 de septiembre de 2001 con la Patriot act en los Estados Unidos. En muchas democracias la resistencia es un derecho, en la nuestra parece que se va a convertir en un delito; no un delito cualquiera, sino un delito de terrorismo, que es el tipo de delito que históricamente (historia reciente) viene teniendo un tratamiento excepcional en los códigos legales (famosas "leyes antiterroristas"). Hay que recordar que las medidas excepcionales se vienen usando en Europa en los últimos cien años, bien para intervenir en situaciones económicas especiales, bien para el combate del terrorismo. La cuestión es que es frecuente encontrar ambos elementos combinados cuando se da la primera, como es el caso hoy. La literatura sobre la progresiva hegemonía de una política basada en las medidas de excepción es hoy vastísima (y curisamente no muy antigua). Uno de sus instrumentos básicos, como ha estudiado en detalle Agamben, es el gobierno por decreto. Suponemos que esta reforma pasará por el Congreso y será aprobada allí. Tendrá así su pátina de legitimidad dentro del orden legal vigente. Pero obviamente es una pieza de legislación promovida por el Ejecutivo, sancionada por un Legislativo que de facto se identifica con un partido determinado que disfruta de mayoría absoluta, y será  por último probablemente incuestionada por un poder judicial que de esta forma probará de una vez por todas si merece tal nombre.

No sé hasta cuando van a esperar los intelectuales de este país a negar a las claras legitimidad a este régimen. En este caso concreto deciden los únicos que no han sido elegidos, esto es,  el Ejecutivo. No sé si son los de Tiqqun los que han definido la voz "soberano" como "aquél que decide quién es terrorista". Si por el contrario "terrorista" es todo aquél que niega legitimidad a una legalidad dada, me temo que muy pronto la mayoría de nosotros cabremos en ese saco.

1 comentario:

Profundistas dijo...

Un estado económico de excepción permanente y fascistización de la democracia.

Hay que estar organizados para cuando salte la liebre, es decir, cuando comiencen a zumbar las moscas de acero.