viernes, 22 de junio de 2012

Ascetismo, filosofía y casas de huéspedes


Hay un par de cosas que Ramón Pérez de Ayala comprendió muy bien acerca del espíritu filosófico: el carácter ascético y el trabajo del concepto. Sobre éste ultimo hablaremos más adelante, de momento nos centraremos en el primero.

En una casa de huéspedes madrileña encuentra el narrador de Bellarmino y Apolonio al hombre que le referirá la sorprendente historia de Belarmino, zapatero de profesión que, nadie sabe cómo, recibe un día la vocación filosófica, volcando desde entonces en la meditación cada gota de su espíritu. Antes, en la misma pensión, se produce otro encuentro también del narrador con un personaje que le introduce en la filosofía de las casas de huéspedes, estableciendo la relación esencial, que ya sintieran Spinoza y Nietzsche, entre la dedicación filosófica y su necesario ascetismo y un cierto nomadismo. Este agraciado encuentro se produce en el prólogo a la novela de Ayala, que se titula precisamente, “El filósofo de las casas de huéspedes.” (Recuerdo ahora que hay otra filosofía de las casas de huéspedes en las primeras páginas de El lobo estepario, de Herman Hesse).

Tal vez no haya mejor manera de estar solo que viajar. Nietzsche hace recuento en Ecce homo de los lugares donde compuso el Zarathustra: Niza, Sils-María, Eza, Roma … En su biografía de Spinoza, Lucas narra cómo el filósofo se va alejando de la ciudad, de suburbio en suburbio, de aldea en aldea: Rinjsburg, Voorburg; buscando la soledad que la meditación y la escritura demandan … para regresar al final a La Haya y reencontrarse con los amigos queridos.

El socrático Don Amaranto de Fraile, que por profesión de fe ha vivido toda su vida en pensiones y que ha recorrido las casas de huéspedes de media Europa afirma que se trata del lugar dónde los modernos pretendientes a la sabiduría buscan lo que los clásicos buscaban en la Academia, el Liceo o la Estoa: “Ahora, que para morar de por vida en casas de huéspedes, como para profesar en una orden religiosa, necesítase asimismo una cualidad rara, aunque no tan rara entre españoles: vocación ascética.”

No hay comentarios: