Fotografía
Solía pensar en la pintura de Vermeer como una representación del presente, al menos en su encarnación en el instante. Como a menudo pienso cosas que van encontra de mis ideas, solía pensar, también, que, una vez pasada la línea de sombra, la experiencia gira entorno a la repetición (ésto aún en contra de lo que me dictan mis afectos); y que sólo una experiencia original aguarda, cual rito de paso, allí: la muerte propia. Juan Muñoz declaró desafiante que sólo hay dos cosas que no pueden ser representadas: el presente y la muerte. ¿Y si sólo pudiera representarse la repetición, lo que se repite? Habría que concluir que no puede haber representación de las experiencias originales. La aporía aparece cuando se sospecha que toda experiencia es original.
No hay comentarios:
Publicar un comentario