lunes, 31 de julio de 2006

Apostilla

"In universam pontificiam oeconomiam credo"

Postillatore Napoletano a la "Epístola explicativa" en Giordano Bruno, Expulsión de la bestia triunfante.

Economía política

Cuando se deja todo a merced de la economía, que en su despliegue y autocorrección hace y deshace, la política se queda en puro teatro, en un mero "concepto expresivo de la política", como dice Clifford Geertz.

Refrán

Muerto el verbo, se acabó la labia.

domingo, 30 de julio de 2006

άλήθεια

Sócrates decía a sus discípulos: "Habla para que te vea". Y una sentencia de Nietzsche afirma: "Hablar mucho de sí mismo es también una forma de ocultarse". No es raro que la gente se oculte detrás de sus palabras. Sobre todo, cuando hablan de sí mismos. La gente suele falsear su imagen propia a través de la conversación. Pero también cuando se fantasea acerca de uno mismo, cuando se fantasmea, se dejan las cosas muy claras. La palabra tiene un poder revelador imposible de eliminar. Si uno es un necio, perfectamente puede intentar persuadirnos de lo contrario intentando construirse una imagen de individuo cabal. Pero su palabra siempre será necia. Aunque uno intente ocultarse detrás del discurso, siempre será visible a través de él. La palabra dicha, proferida en un marco pragmático, nunca miente acerca del que la dice, aunque el género de su discurso sea precisamente la mentira, la fábula. Ello por una razón que Nietzsche supo sintetizar divinamente en otro aforismo: "Sin duda mentimos con la boca, pero con la jeta que ponemos al mentir continuamos diciendo la verdad".

Compartir

Compartir lo percibido es tan necesario como la propia percepción para "traerlo al mundo".

viernes, 28 de julio de 2006

Historias de la Otra razón

"Cuentas pendientes de sujetos olvidados". La realidad olvidada. Silenciada. "Lo que la razón ha olvidado" o condenado al olvido. Los anatemas del pensamiento ilustrado, que sólo la memoria puede desenterrar.

Estas "historias" son desenpolvadas porque la realización de las esperanzas de los perdedores es una manera de hacer justicia. Comenzar la lectura de este libro es una empresa que sí nos puede llevar adonde no queremos, porque avanzando las páginas, descubriremos que estamos leyendo la memoria íntima de nuestro pasado moral, tanto indivicual como colectivo. La letra del libro no vacilará en lanzarnos una grave acusación: nuestra incoherencia entre sentir y hacer ha dejado el pasado sembrado de cuentas pendientes, incómodas y desasosegantes deudas con la historia que retornan amenazando nuestro letargo.

"Desencadenar el mecanismo del recuerdo", aquí es tomar en cosideración toda esa tradición de voces acalladas que el autor nos sirve en estas lecturas, descubrirlas de nuevo para acogerlas como modelo de la praxis futura para así restaurar la dignidad de la razón olvidada, de las ideas del pasado, "instaurando una nueva didáctica de la historia", gracias a la cual los jóvenes aprehendan la verdad a través de una reflexión incardinada en el sufrimiento causado por las injusticias".

Se ha elegido la cultura judía, y a un representante de la cultura judía, para transmitirnos este caudal de ideas e interpelaciones sobre nuestro modo de ver la vida y sus contradicciones injustas provocadas por nuestro aburrimiento intelectual. Una cultura perseguida, silenciada, masacrada históricamente de ser la causa de todos los males de la humanidad, trasterrada y, finalmente, casi exterminada. A la que, no obstante, le debemos el haber llevado la iniciativa en todos los giros traumáticos que el mundo ha tenido que emprender. Ellos han sido la vanguardia en ver la realidad de modo distinto y de hacérnoslo saber. Aumentaron las fronteras de nuestro universo intelectual. Menos en lo que respecta a conocimientos que en modos de conocer.

Aquí la tradición judía y el pueblo de "Israel" constituyen un gran símbolo, el símbolo que encarna en sí la propuesta toda del libro. La cifra referencial de toda la tradición hundida: el hombre, el pueblo y la aspiración justa que el presente ha congelado y que el futuro puede libertar.

Sobre el libro Historias de la otra razón de Tomás Valladolid Bueno