
Y la novia iba vestida de blanco, como su piel.
Como la ceniza blanca tan pura, muerta, como su piel.
Y María moría otra vez, la bella muriente; tenedla presente cuando recéis.
Cogeré nuestro amor, María, y le daré alas e infito.
Cogeré nuestra mesilla y nuestras sábanas y haré una cometa.
Y haré que la cometa suba y suba hasta hacerse un cometa.
Fernando Alfaro, Fragmento de Extrarradio
Imagen, Mist-ika