2. Recursos narrativos de los sueños (con ejemplos).
2.1 La apuesta freudiana.
La lectura de La interpretación de los sueños muestra al psicoanálisis como una solución posible a lo que hemos llamado el problema común. No se trata de una solución al uso, única; hasta ahora habíamos visto arreglos dispares centrados en una sola de la caras del asunto, los narradores por un lado, los filósofos por otro. Lo interesante del psicoanálisis es que puede conciliar ambas vertientes, ya que se trata de una psicología filosófico-racional y a la vez de una lección de teoría y práctica narrativas, sin haber pretendido ser, en un principio, ni una filosofía ni una teoría de la narración, sino una cura para el alma. Como tal medicina, cuya preocupación no es el cuerpo, su único y más poderoso fármaco es el lenguaje. Su fin es la curación por la palabra, palabra que es, al mismo tiempo, el medio a través del cual el mundo se construye cognitiva y narrativamente. [Nota. El problema común es, en realidad, un pseudo-problema. Construcción narrativa y construcción cognitiva del mundo se abrazan, se necesitan; son, en el fondo, indiscernibles. El lenguaje es el camino real hacia el mundo, ese mundo que siempre es un mundo posible, donde la dicotomía ficción/realidad no es pertinente, donde la ficción no está en relación de jerarquía con la no-ficción.]
Acierta Umberto Eco al relacionar los tres órdenes en función del problema que buscan resolver:
El interés de psicoanálisis no es otro que contar la historia del "yo" en distintos niveles y, en consecuencia, agotarlo o inventarlo en esa narración. En el nivel cognitivo procura una descripción de la mente como un lugar (o no-lugar) llamado inconsciente cuya estructura y función son lingüísticas, por tanto, estamos hablando de una "máquina" de construir historias. En el nivel terapéutico el psicoanálisis promete la cura a través de la palabra. El paciente cuenta su historia consciente al analista, que éste confronta con su historia inconsciente. El resultado es un tejido sin desenlace tras el que aparece, entre sombras, la imagen verdadera del sujeto (su versión unificada): su historia clínica. ¿Quién es el culpable? No importa. Sólo interesa que el suspense nos mantenga en vilo.
Freud, además de descubrir la centralidad del lenguaje para su método curativo, recogió la idea de que el símbolo es el arma expresiva del espíritu. El espíritu es tanto como decir el inconsciente y el terreno privilegiado para observar cómo éste discurre son los sueños. La retórica de los sueños es el lenguaje del inconsciente y la retórica del inconciente es el lenguaje del espíritu. La psicología del filósofo, la poética del novelista y el análisis del neurótico se dirigen a la erección de un mundo posible con la ayuda de símbolos. A continuación, vamos a exponer ejemplos que ilustran La interpretación del los sueños como un gran tratado de procedimientos narrativos. [Nota. "... el cine es muy parecido al sueño y las ideas freudianas son susceptibles de aplicarse inmediatamente a él." Wittgenstein, Movimientos del pensar. Diarios 1930-1932/1936-1937, Pre-Textos, Valencia, 2000, p. 31.] Ello puede ser una tentativa de acercamiento al problema central de la filosofía: el sujeto, la conciencia. O el sitio vacío que en su lugar se encuentra.
Imagen: Paul Sandby, La linterna mágica, hacia 1760
2.1 La apuesta freudiana.
La lectura de La interpretación de los sueños muestra al psicoanálisis como una solución posible a lo que hemos llamado el problema común. No se trata de una solución al uso, única; hasta ahora habíamos visto arreglos dispares centrados en una sola de la caras del asunto, los narradores por un lado, los filósofos por otro. Lo interesante del psicoanálisis es que puede conciliar ambas vertientes, ya que se trata de una psicología filosófico-racional y a la vez de una lección de teoría y práctica narrativas, sin haber pretendido ser, en un principio, ni una filosofía ni una teoría de la narración, sino una cura para el alma. Como tal medicina, cuya preocupación no es el cuerpo, su único y más poderoso fármaco es el lenguaje. Su fin es la curación por la palabra, palabra que es, al mismo tiempo, el medio a través del cual el mundo se construye cognitiva y narrativamente. [Nota. El problema común es, en realidad, un pseudo-problema. Construcción narrativa y construcción cognitiva del mundo se abrazan, se necesitan; son, en el fondo, indiscernibles. El lenguaje es el camino real hacia el mundo, ese mundo que siempre es un mundo posible, donde la dicotomía ficción/realidad no es pertinente, donde la ficción no está en relación de jerarquía con la no-ficción.]
Acierta Umberto Eco al relacionar los tres órdenes en función del problema que buscan resolver:
La novela policíaca constituye una historia de conjetura en estado puro. Pero también una detection médica, una investigación científica e, incluso, una investigación metafísica, son casos de conjetura. En el fondo, la pregunta fundamental de la filosofía (igual que la del psicoanálisis) coincide con la de la novela policíaca: ¿quién es el culpable? (Eco: 1983, 65-66).La novela policíaca se considera a menudo el paradigma de lo narrativo en cuanto arquitectura, pues la noción de intriga condensa la claves de lo narrativo: el procedimiento que transforma los hechos amontonados en ficción articulada. La intriga, efectivamente, busca un culpable y queda resulta cuando éste es descubierto. Pero esto no es lo que interesa realmente a la hora de establecer las conexiones entre lo narrativo y lo filosófico que se verifican en el psicoanálisis; lo que nos interesa es la idea de trama o nudo, más que la de desenlace. Es decir, el trabajo de la reconstrucción de la estructura del entendimiento y del mundo o mundos que esa estructura lleva en su seno agotan la intriga en sí. El sujeto queda constituido en el enredo no en el desatamiento de los hilos de la trama, lo que acarrearía su disolución. La filosofía no tiene solución sino riesgo. El psicoanálisis sería una de las muchas soluciones posibles a la compleja ecuación del sujeto.
El interés de psicoanálisis no es otro que contar la historia del "yo" en distintos niveles y, en consecuencia, agotarlo o inventarlo en esa narración. En el nivel cognitivo procura una descripción de la mente como un lugar (o no-lugar) llamado inconsciente cuya estructura y función son lingüísticas, por tanto, estamos hablando de una "máquina" de construir historias. En el nivel terapéutico el psicoanálisis promete la cura a través de la palabra. El paciente cuenta su historia consciente al analista, que éste confronta con su historia inconsciente. El resultado es un tejido sin desenlace tras el que aparece, entre sombras, la imagen verdadera del sujeto (su versión unificada): su historia clínica. ¿Quién es el culpable? No importa. Sólo interesa que el suspense nos mantenga en vilo.
Freud, además de descubrir la centralidad del lenguaje para su método curativo, recogió la idea de que el símbolo es el arma expresiva del espíritu. El espíritu es tanto como decir el inconsciente y el terreno privilegiado para observar cómo éste discurre son los sueños. La retórica de los sueños es el lenguaje del inconsciente y la retórica del inconciente es el lenguaje del espíritu. La psicología del filósofo, la poética del novelista y el análisis del neurótico se dirigen a la erección de un mundo posible con la ayuda de símbolos. A continuación, vamos a exponer ejemplos que ilustran La interpretación del los sueños como un gran tratado de procedimientos narrativos. [Nota. "... el cine es muy parecido al sueño y las ideas freudianas son susceptibles de aplicarse inmediatamente a él." Wittgenstein, Movimientos del pensar. Diarios 1930-1932/1936-1937, Pre-Textos, Valencia, 2000, p. 31.] Ello puede ser una tentativa de acercamiento al problema central de la filosofía: el sujeto, la conciencia. O el sitio vacío que en su lugar se encuentra.
Imagen: Paul Sandby, La linterna mágica, hacia 1760
2 comentarios:
Hola, cómo estás?.
Quisiera pedirte, si no tienes inconveniente, publicar algunos de tus post en mi blog http://jcastguer.blogspot.com/
Y si quieres podemos intercambiar direcciones. perdona que exponga mi peticion aquí pero tu correo no funciona. Un saludo.
Sueños y cine: hermosa intuición de Witgenstein... Bergman corroboraría años después y a la práctica esa idea, ¿No crees?
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